Cuestión de Orgullo - Capítulo 4
***
Luffy había
tomado la mano de Law para guiarlo a través del bosque. El lugar se asemejaba
tanto al bosque en el creció junto a sus hermanos, que la emoción por
recorrerlo podía verse de lejos.
“Somos un par de imbéciles, Mugiwara-ya”,
había dicho el cirujano y Luffy sonrió para luego responder, “pero así nos
queremos”.
Después de
asentir ante la declaración de Luffy, el capitán de los Mugiwaras, como era su
costumbre, cambió abruptamente de tema y le informó que había encontrado un
buen lugar en el bosque cuando lo recorrió por primera vez.
—¿Cuándo
llegaste a la isla?
—Así es.
¿Quieres venir conmigo?
—¿Seguro que tú
no tienes los mismos problemas de orientación que tu vicecapitán?
—Claro que no,
confía en mí —dijo
Luffy riendo y Law sonrió enternecido por la expresión de su pareja, se acercó
para besar suavemente sus labios y posterior responder.
—Con mi vida —Luffy sintió
como esa tan conocida sensación de mariposas, que jamás había logrado
desaparecer a pesar del paso del tiempo, se instalaba en la boca de su
estómago, haciéndole sentir algo idiota, pero muy feliz.
No mucho
después llegaron a su destino. Una cascada no muy pronunciada desembocaba en un
pequeño lago. En el centro del lago sobresalía un árbol gigantesco, y no
necesitó voltear a ver a Luffy para saber que él quería llegar hasta ese
árbol.
—Puedo llevarnos
sin problemas hasta el… —alcanzó
a decir antes de sentir como era envuelto en un abrazo, y cuando escuchó el
“gomu gomu no”, supo que debía prepararse para el golpe, así que, instintivamente
cerró los ojos. Pero el golpe nunca llegó. Luffy había utilizado su propio
cuerpo como amortiguador.
Lo que no
pudo evitar, fue el revoltijo que generó en el estómago de Law —Creo que, tus
poderes de goma, son eso que podría llegar a odiar de ti alguna vez.
Luffy sonrió ampliamente al
saber que no hablaba en serio y le extendió nuevamente la mano. Law negó,
sintiéndose un idiota al aceptarla otra vez, pero ¿Qué más podía hacer cuando
él le sonreía de esa forma?
Le guio hasta una de las ramas
más grandes en lo alto del árbol y se sentaron con los pies colgando. Luffy
apoyó su cabeza en el hombro de Law y cerró los ojos.
La brisa que mecía las hojas, los
sonidos de la cascada y los grillos, el reflejo de la luna sobre el lago y el
calor que emitía el cuerpo de Law a su lado le reconfortaban.
—Me gustaría
que conocieras el lugar donde crecí —habló Luffy sin lograr romper con la quietud del momento.
—¿En el East
Blue? —preguntó
mirándole con algo de curiosidad.
—Sí, hace años
que no visito a mis amigos —habló
mirando hacia el horizonte—.
El bosque de la isla es muy parecido a este.
—Es un lindo
lugar.
—Lo es —Law le miró fijamente,
analizando sus facciones, y Luffy, al sentirse observado, le miró de vuelta—. ¿Por qué me
miras así?
—Adoro verte
hablar de las cosas que te emocionan —acarició su mejilla—.
Es una de las tantas cosas que me gustan de ti.
—¿Y qué es lo
que te gusta? —volvió
a preguntar Luffy, sintiendo el aliento de Law cerca de sus labios.
—Tu pasión, el
brillo de tus ojos, hasta tu obstinación… —pronunció y terminó de acortar
la distancia que les separaba. El beso partió despacio, inquisitivo, y de forma
pausada comenzó a subir de nivel —¿Quieres que regresemos a alguna de las
naves?
—Si, si quiero —Law levantó un
poco su mano para formar una de sus barreras y desaparecieron del árbol.
***
Los gemidos ahogados
de ambos resonaban en la estancia. Las manos de Luffy recorrían la espalda de
Law por debajo de la ropa mientras se besaban, con entrega, con ímpetu.
Poco a poco
las prendas comenzaron a estorbar, Luffy comenzó a desabotonar la camisa de Law
sin dejar de besarle, y Law soltaba sin prisa el cinto que Luffy solía llevar
en la cadera.
Law comenzó a
avanzar, obligando a Luffy a retroceder, mientras terminaba de desabrocharle el
pantalón. Las pantorrillas del joven capitán chocaron contra el borde de la
cama mientras su pantalón resbalaba por sus muslos, se dejó caer hacia atrás
para sentarse en la cama, sacó una pierna del pantalón y con la otra lo lanzó
hacia algún otro lado de la habitación.
Law se agachó
y comenzó a acariciar los muslos de Luffy, dejando un camino de besos por ellos
a medida que se acercaba cada vez más a su entrepierna.
Luffy soltó
un suspiro, metió sus dedos entre el cabello de Law en una suave caricia para
luego descender por su nuca y después volver a subir.
Encorvó su
espalda hacia atrás al sentir la lengua de su pareja hacer contacto con la base
de su miembro y soltó un jadeó cuando comenzó a recorrerle.
Law iba
despacio, por primera vez en esos días su juicio no estaba nublado al momento
de estar con Luffy, y quería disfrutar de esos instantes. Le gustaba oír los
gemidos de Luffy, se sentía bien al saber que solo él podía provocarlos, y aún
más saber que solamente él conocía esa parte del rey de los piratas.
Alzó su vista
cuando comenzó a introducirlo en su boca, encontrándose de lleno con la mirada cristalina
de Luffy. Le encantaba ver esa mirada cargada de deseo, pero, sobre todo,
cargada de sentimientos.
Llegó el
punto en el que Luffy no pudo mantener sus ojos abiertos, encorvó nuevamente su
espalda al sentir como las oleadas de placer recorrían su cuerpo.
—Torao… —soltó
su nombre en un gemido—, no quiero, no quiero terminar en tu boca —pidió.
Law se detuvo
y le dio una sonrisa ladina, Luffy sonrió de vuelta y se sentó un poco mejor en
la cama para que Law pudiera acomodarse arriba de él. El cirujano, esta vez, se
dio el tiempo de ponerle el condón, para luego introducir lentamente la
erección de Luffy en su interior.
Apoyó las
manos en el pecho de Luffy y comenzó a mover su cadera, de arriba abajo, de
forma constante. Luffy le tomó de la cadera para hacer un poco más profunda su
penetración y Law se inclinó hacia adelante para tomar sus labios con los
propios en un candente beso.
—Cambiemos —propuso
deteniendo sus movimientos mientras trataba de recuperar un poco el aliento.
Luffy se
incorporó sin salir de su interior y rodó con él por la cama intercambiando sus
posiciones. Lo miró unos segundos a los ojos y apartó un par de mechones de su
frente con ternura —Te
amo—.
Soltó de repente y Law cruzó los brazos por detrás de su cabeza para besarle
una vez más.
—Y yo te amo a
ti —pronunció
cerrando sus ojos sin dejar de abrazarle. Respiró profundo, sintiendo como el
aroma de Luffy entraba por sus fosas nasales, llenándole de algo parecido a la paz.
Luffy comenzó
a moverse en un lento vaivén y Law juntó su frente con la de él —Quiero que lo
hagas…
—¿Qué cosa?
—Márcame —Luffy se detuvo y le
miró a los ojos con escrutinio, pero por más que buscó no encontró ni un rastro
de duda o temor—. No seguiré huyendo de algo que bien podría hacerme más feliz
de lo que ya soy. Solo espero que no te arrepientas después…
Luffy sonrió sin poder contener
la emoción y le besó —Jamás me arrepentiré de amarte, Law. Eres mi más grande tesoro.
—Y tú el mío.
Juntaron sus
labios y Luffy inició de nueva cuenta ese lento vaivén, sin dejar de besarse. Se
separaban solo para respirar cuando era necesario, y las penetraciones iban
aumentando lentamente en intensidad.
No gemir fue
imposible, y aferrarse a la espalda de Luffy como si de ello dependiera su
vida, se sentía como una necesidad.
Luffy
recorrió lentamente el camino que llevaba hasta su cuello con los labios, dejando
suaves besos sobre su piel, jadeando quedamente cada tanto debido al esfuerzo.
Paseó su
lengua por el lugar donde debería morder a Law y después apoyó con cuidado sus
colmillos y los alejó para volver a besar su cuello. ¿Qué tan doloroso sería
para Law que atravesara su piel con sus colmillos? No quería lastimarle. Pensó.
Pero luego cayó en cuenta de que sus miedos eran absurdos… Law había soportado grandes
batallas, era un tipo fuerte, ¡estaba lleno de tatuajes! ¿Cuántas agujas se
habían clavado en su piel para lograrlo?
—L-Luffy… —logró
articular—.
No, no puedo más… —Luffy
aumentó un poco más la intensidad de sus embestidas. Law soltó un candente
gemido y de alguna forma supo que era el momento adecuado, y con rapidez, clavó
los colmillos sobre su piel.
Su clímax fue
una oleada de descargas de placer que recorrió sus cuerpos al unísono,
haciéndoles vibrar en la misma frecuencia. Era armonioso, abrasador, era
perfecto.
Luffy se
apoyó sobre sus codos para no aplastar a Law, los dos trataban de recuperar el
aliento, sus corazones acelerados casi podían oírse al palpitar.
Cuando
lograron respirar con mayor normalidad, rosaron sus narices tiernamente en un
beso esquimal para luego juntar sus labios. La noche aún les parecía joven.
***
Al día
siguiente, Nami golpeó la puerta de la recamara de Luffy para avisarle que el
desayuno estaba listo. Algo que era bastante extraño, ya que él solía ser el
primero en llegar a la cocina por las mañanas.
No mucho
después la puerta se abrió y Luffy salió de forma sigilosa. Nami le miró
contrariada y Luffy sonrió —Torao
está dormido.
—Ustedes no
pierden el tiempo —sonrió
ella con picardía, y Luffy no pudo ocultar su felicidad.
***
Sintió que descansó como extraña
vez lo hacía, la suavidad de las mantas y el confort que le ofrecía esa cama,
impregnada con el agradable aroma que emitía Luffy, le apaciguaba de forma
impresionante. Estiró su brazo buscando a presencia de su pareja, pero no la
encontró.
Con pereza abrió los ojos y se
incorporó, su cuerpo se sentía rígido y los parpados le pesaban, necesitaba dormir
un poco más. Se acostó en una posición más cómoda y continuó durmiendo.
***
El “Marqué a
Torao” que soltó de golpe en medio del desayuno generó distintas reacciones, “Ya
era hora”, “felicitaciones”, “Que alivio”. Pero siempre estaban presentes quienes
era la voz de la razón.
—¿Entonces ya
pensaron en cómo lo harán? —preguntó
Zoro para después beber de su jugo.
—¿Qué harán de
qué? —preguntó
Usopp sin comprender a qué se refería su compañero.
—Zoro se refiere a sus
tripulaciones —aclaró Robin.
—O sea… No puede ser, Luffy, no
nos dejarás… ¿verdad? —preguntó Usopp con notable preocupación.
Luffy soltó su risa característica
y negó —Claro que no. Con Torao tenemos algo así como una idea.
—¿Y nos dirás de qué va? —preguntó
Sanji al tiempo que dejaba otra bandeja con comida sobre la mesa y tomaba
asiento al lado de Zoro.
—Uniremos las tripulaciones.
—Unir las tripulaciones… —habló
nuevamente Usopp mientras analizaba las posibilidades—. Entonces, cambiaremos
de nombre, ellos adoptan el nuestro, o nosotros adoptamos el de ellos…
—¿Qué? No —dijo Luffy— ¿Por qué haríamos
algo así?
—Bueno, tu
dijiste unir.
—Ellos
seguirán siendo los “piratas corazón” y nosotros seguiremos siendo los “sombrero
de paja”, solo que ahora viajaremos juntos.
—Oh, como una flota —dijo Brook con alegría.
—¿Pueden solo dos naves
considerarse una flota? —preguntó Zoro para luego tomar con los dientes el
trozo de carne que Sanji puso delante de él con un tenedor.
—Oigan ustedes dos, dejen de
hacer esas cosas frente a los demás —reclamó Usopp al verlos tan “acaramelados”—.
Asustan.
—Como sea —habló Nami—, nosotros
respetaremos las decisiones que tomen.
Luffy asintió y continuó comiendo
con ganas, hasta que una nueva idea cruzó por su cabeza —Oye, Franky…
***
Abrió los ojos al sentir una
suave caricia sobre su cabeza y se encontró con los grandes y expresivos ojos
de Luffy observándole.
—Buenos días —dijo aún un tanto
somnoliento y Luffy besó su mejilla.
—Te traje el desayuno.
—No tenías que hacerlo —dijo incorporándose—,
pero gracias. —Se llevó la mano al cuello de forma instintiva y se pasó a
llevar la herida que aún estaba abierta, hizo una pequeña mueca de dolor y
apartó su mano.
—¿Duele mucho? —preguntó Luffy
con preocupación.
—No, si no la toco no se siente —sonrió
al verle con ese gesto infantil de arrepentimiento en su rostro—. Imagino que
tú ya desayunaste —Luffy asintió y le acercó la bandeja con comida.
—Y se me ocurrió una idea.
—¿Ah sí? ¿Qué idea?
***
—¿Acoplar el barco con el submarino? —preguntó
Franky sopesando las posibilidades ante la atenta mirada de todos en el comedor—.
Será suuupeeeer genial hacer algo así.
—¿Entonces si se puede? —preguntó Luffy sin contener
la emoción.
—Por supuesto, déjamelo a mí.
—¡Yo le ayudaré! —se sumó Usopp igual de emocionado.
—¿Torao accederá a algo así? —Preguntó Robin con
algo de duda.
—¡Claro que sí!
***
—Entonces,
asumiste que yo estaría de acuerdo…
—Sí… —Se miraron
sin hablar por unos segundos hasta que Law soltó un suspiro.
—Está bien, si
Franky logra hacer que sea seguro entonces si podría ser una buena idea. Pero aún
no hablo con mis compañeros, no sé cómo tomarán la noticia…
***
—¿Es
en serio? —preguntó
Bepo con los ojos aguados, después de que Law les contara las “buenas nuevas”.
—¿Entonces no
nos dejarás? —preguntó
Penguin en el mismo estado que Bepo.
—¿Por qué iba
a dejarlos? —les
rebatió Law con notable molestia.
—Pensamos que
te irías con Mugiwara —dijo
Shachi al borde de las lágrimas.
—Ir con él no
va de la mano con dejarlos a ustedes, idiotas.
—¡Capitán! —chillaron
todos al unísono para luego abrazarle. Abrazos, la mejor forma que tenían en su
tripulación para demostrar el afecto.
—¿No habrá
problemas de mando entre ustedes? —preguntó
Ikkaku.
—Los dos son
igual de obstinados —agregó
Jean Bart.
—Supongo que tendremos que
aprender a sobrellevarlo —aceptó, sabiendo que las palabras de sus compañeros
eran ciertas y guardaron silencio—. Entonces ¿están todos de acuerdo en que a
partir de hoy viajemos en compañía de los “sombrero de paja”?
El fuerte “Sí” que dieron en
conjunto se escuchó en la cubierta del Sunny, donde Luffy sonreía feliz al
saber que los compañeros de Law habían tomado a bien la noticia.
—¿Ya decidieron cuál será
nuestro próximo destino? —preguntó Nami apoyándose en la baranda.
—Iremos a Isla Down.
—¡Oh! ¿Podemos pasar por las Islas
Konomi? —Preguntó esperanzada.
—¡Y una parada en el Baratie! —agregó
Sanji con ilusión.
—¿Haremos un recorrido por las
islas del East Blue? —preguntó Usopp—. Si es así, quiero visitar a Kaya.
—Le diré a Torao para ver qué
opina —accedió Luffy.
—¿Qué me dirás? —preguntó el
aludido después de aparecer de la nada gracias a su habilidad.
—Queremos hacer un recorrido por
las islas de East Blue ¿Qué dices?
—Que sería agradable, no conocemos
el East Blue, pero después haremos lo mismo en el North Blue, ¿de acuerdo?
—Entonces está decidido —Dijo poniéndose
de pie sobre la baranda—. Muchachos, ¡partiremos al East Blue esta misma tarde!
Celebraron la noticia y se
prepararon para partir, a los piratas corazón les emocionó saber que conocerían
otros lugares y Bepo se preguntó si habría la posibilidad de conocer a una osa
en alguna de esas islas, pero su alegría duró hasta que escuchó las negativas
de sus compañeros.
Así, entre risas, burlas y
juegos, partieron a su nueva aventura, juntos.
Fin.
Muchas gracias por leer!
créditos de la portada a quien corresponda <3




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