Viviré en tu memoria - Capítulo 7
***
Kid
llegó al departamento a la misma hora de todos los días, al abrir la puerta de
entrada escuchó música suave provenir del estudio de Law. Dejó sus cosas y siguió
el sonido.
Dio
un par de golpes en la puerta y entró, al abrir, vio a Law apoyado sobre
algunos papeles en su escritorio, sonrió enternecido al notar que estaba
dormido y se acercó para despertarle.
Abrió
sus ojos un poco desorientado, vio a Kid y esbozó una pequeña sonrisa —Hola—,
dijo aún un tanto somnoliento.
—Hola
—respondió Kid inclinándose para besar su frente—. ¿Quieres venir y estirarte
un rato conmigo? Me vendría bien una siesta —Law enderezó su espalda, y su
columna comenzó a sonar mientras todo volvía a su lugar.
—Sí,
creo que esa es una buena idea. ¿Cómo estuvo tu día?
—Bastante
bien, si lo comparamos con los días anteriores hoy fue una maravilla.
—Fantástico.
—¿Y
a ti cómo te fue? —preguntó dejando una suave caricia sobre su mejilla.
—Bien,
aunque Maggi cree que he estado metiendo hombres en el departamento a tus
espaldas —Kid comenzó a reír—, no te rías, es en serio. Me increpó cuando le
abrí la puerta a Zoro-ya.
—¿Qué
quieres que te diga? Ella me quiere. Es lo que pasa cuando eres un vecino
modelo.
—Claro,
no tiene nada que ver con que sea la madre de tu ex.
—Oh,
no saques a mi ex cuando tú metiste al tuyo a mis espaldas en el departamento —dijo
haciéndose el ofendido sin dejar de reí.
—¿Podrías
hablar con ella? Dijo que se quejaría con la administración. Sabes que es capaz
de hacerlo —pidió Law poniéndose de pie.
—Oh
si, definitivamente lo hará —miró con algo de curiosidad los documentos
esparcidos por el escritorio—, a todo esto, ¿qué hacías?
—Tenía
muchas cosas en la cabeza, así que decidí distraerme revisando algo de la
información que me envió Kureha… y detesto hacerlo en el computador, así que
imprimí todo y remarco las cosas que me llaman la atención. —Tomó las hojas y
las ordenó para guardarlas dentro de una carpeta.
—Mmmm...
¿Qué has visto hasta el momento?
—Mmmm,
medicamentos, tipos de tratamiento; quimioterapia, radioterapia… —informó—, también
me envió el registro de algunos casos similares al mío y pues… los mejores
resultados, en nuestro hospital, son los casos tratados con trasplante de
células. Mi seguro médico cubre gran parte del tratamiento... así que, esa
podría, podría ser una buena opción en caso de… —Kid carraspeó para llamar su
atención.
—No
entiendo cómo funciona eso de las células… ¿no se consiguen de algún pariente?
—preguntó apoyándose en la pared con los brazos cruzados con una actitud algo
despreocupada y Law agradeció, entendiendo que, con ese gesto, trataba de
trasmitirle calma.
—Pueden
ser de un donante externo que sea compatible —dejó la carpeta ordenada sobre el
escritorio y se acercó a Kid.
—¿Podría
ser yo? —preguntó tomando a Law de la cintura.
—No
tenemos el mismo grupo sanguíneo, así que no, no podrías.
—¿Entonces
tendremos que buscar un donante?
—Se
puede buscar o puedo entrar en lista de espera para que el programa encuentre
uno.
—Mmmm,
definitivamente buscaremos por nuestra cuenta —Law le dio una sonrisa, después
se aferró a su chaqueta, apoyó la frente en su pecho y soltó un quejido—, ¿te
sientes mal?
—No,
sólo son estos malditos mareos —respiró profundo y se recargó en Kid.
—No
me agrada la idea de que vayas a trabajar mañana en la noche —dijo haciendo un
mohín con los labios mientras le rodeaba con sus brazos.
—Tonterías,
estaré bien —le miró a los ojos y tomó el cuello de su camisa para acercarlo y
besar sus labios—, me ofreciste una tentadora siesta. Pero me parece que
podríamos hacer algo más…, recreativo —se mordió el labio inferior—, ¿qué
dices?
—Que
sueles tener mejores ideas que yo.
***
El
día sábado llegó y por primera vez en la semana, la alarma de Kid no sonó, pero
eso no evitó que despertaran temprano, el reloj biológico no respetaba días de
la semana.
A
pesar de la negativa de Law, desayunaron en la cama, viendo una nueva serie de
médicos que a palabras de Kid, sería mucho más entretenida si Law no refutara
cada 5 minutos el guion.
Se
levantaron e hicieron aseo general en el departamento, Kid aprovechó de hablar
con la vecina y explicarle que Law estaba con problemas de salud y por eso sus
amigos le habían visitado mientras él no estaba en casa para asegurarse de que
estuviera bien.
—Ya
veo, lo lamento mucho mi niño. Pero ya sabe, uno no debe confiar ciegamente en
nadie, y la verdad es que ese chiquillo de cabello verde que lo visitó no me
dio buena espina, si yo fuera usted pondría ojo.
—Gracias
Maggi. Lo tendré presente.
—Y
ven a visitarme más seguido, en una de esas te encuentras con Lily y quien sabe
si la chispa de amor entre ustedes se vuelve a encender —Kid comenzó a reír un
tanto incomodo por el ofrecimiento.
—Eso
sería…, agradable. Hace mucho que no la veo ¿no tenía novio ya?
—Desalineado
y lleno de tatuajes. Un delincuente es lo que es.
—Oh,
que mal…, bueno, em… me tengo que ir porque debo ir al taller. Gracias de nuevo
y dele mis saludos a Lily.
—Por
supuesto, que te vaya bien mi niño —se despidió con una sonrisa y caminó de
vuelta a su departamento.
Entró
y se fue directo a la habitación. Law terminaba de vestirse después de haber
tomado una larga ducha de agua caliente —Hablé con Maggi.
—¿Qué
te dijo?
—Pide
disculpas, espera que te mejores, y dice que la visite más seguido —se dejó
caer de espaldas a la cama—, porque tiene la extraña idea de que si me
encuentro con Lily mágicamente nos enamoraremos otra vez.
—Cómo
le gustaría a ella ser su hija para tener alguna oportunidad contigo —dijo
sonriendo mientras terminaba de abotonar su camisa.
—Sí,
pero, aunque así fuera no tendría oportunidad, porque yo estoy con el
delincuente más lindo del mundo.
—¿Delincuente?
—Dijo
que Lily estaba saliendo con un tipo desalineado y lleno de tatuajes, un
delincuente —Law negó divertido, se sentó a horcajadas sobre Kid y se inclinó
para besar sus labios—. Mmmm ya no quiero ir a mi reunión —Law le sonrió.
—Pero
yo si quiero ir donde mis amigos, así que arriba —concluyó besando su mejilla.
***
Pasaban
algunos minutos del medio día cuando se estacionaron afuera de la casa Luffy
—Si me desocupo temprano vendré por ti.
—Ve
tranquilo, puedo tomar un taxi de regreso —le dio un casto beso de despedida—,
te amo.
—Y
yo a ti.
Le
vio marchar y tocó el timbre. Un minuto más tarde Luffy abrió la puerta tan
alegre como siempre —Oh, Torao, eres el primero en llegar—, dijo a modo de
saludo con una gran sonrisa.
—Kid
pasó a dejarme antes de irse a su reunión —agregó al cruzar el umbral y le
tendió la bolsa de regalo que llevaba consigo—, acéptalo y no digas que no era
necesario.
—¿Qué
es?
—Un
regalo para el futuro bebe. Lo escogimos con Kid el día que me contaste la
noticia.
Luffy
abrió la bolsa y sacó un pequeño traje de lana que se asemejaba a su típica
vestimenta junto a un gorrito, también de lana, similar a su preciado sombrero
de paja. Su cara de asombro y sus ojos brillantes fueron suficientes para
hacerle saber lo mucho que le había gustado el detalle.
—¡Torao!
¡Es perfecto! —le dio un fuerte abrazo— Tengo que enseñárselo a Hancock.
—Espero
que le guste.
—Oh,
le encantará tanto como a mí —dijo tomándole de la mano para guiarle al
interior de la casa.
Adentro
se podía ver gente yendo de allá para acá, preparando todo para el gran
almuerzo, porque claro, Hancock no iba a permitir que en esta ocasión cocinaran
sus amigos, por lo que contrató un servicio completo de coctelería.
Luffy
le enseñó el pequeño conjunto a Boa, y no se equivocó, el regalo le gustó tanto
que Law se llevó hasta un ligero abrazo de su parte.
Poco
a poco los invitados comenzaron a llegar, realmente eran muchos, amigos y
familia de ambas partes llenaron la terraza y el jardín.
Law
se sentó junto a Chopper y Bepo, quienes se encargaron de ponerle al día de
todo lo que había ocurrido en el hospital esa semana que estuvo ausente,
estaban todos conversando alegremente cuando Boa se puso de pie secundada por
Luffy. Ella golpeó una copa sutilmente con una cucharilla para llamar la
atención de los comensales, él, por otro lado, solo gritó pidiendo que les
prestaran atención.
Todos
guardaron silencio, expectantes a lo que la pareja tuviera que decir.
—Primero
quiero dar las gracias a todos por venir. Con Luffy tenemos una noticia
importante que dar y queríamos que todas las personas que son importantes para
nosotros estuvieran presentes —dijo Boa con una hermosa sonrisa para después
mirar a Luffy con ensoñación.
—¡Seremos
padres! —soltó Luffy alzando los brazos a modo de celebración.
El
silencio se instaló por unos segundos —¿Es, es en serio? —preguntaron Ace y Sandersonia
con la sorpresa reflejada en sus rostros.
—Sí,
es cierto —respondió Boa a tiempo que tocaba su vientre con suavidad, y en ese
mismo instante comenzaron a oírse vítores de celebración por la noticia.
Las
felicitaciones no se hicieron esperar, los abrazos, los buenos deseos y las
preguntas estaban a la orden. La alegría prácticamente se podía respirar en el
aire, un día perfecto, y Law no quería arruinarlo bajo ninguna circunstancia,
así que, en cuanto comenzó a sentir ese malestar que venía acompañándole desde
hace ya varios días se excusó diciendo que necesitaba ir al baño y entró a la
casa.
Al
entrar y cerciorarse de que no había nadie cerca se apoyó en la pared, cerrando
sus ojos y respirando de forma acompasada para mitigar el desagradable mareo.
Estuvo en la misma posición hasta que escuchó que le llamaban por su nombre.
Maldijo
internamente y abrió los ojos para encontrarse con Zoro de frente —Zoro-ya.
—Estás
tan blanco como un papel.
—Solo
es un ligero mareo, nada de qué preocuparse —dijo con una leve sonrisa, dio un
par de pasos hacia adelante y todo comenzó a girar nuevamente. Zoro le afirmó y
le ayudó a llegar al sofá más cercano.
—Llamaré
a Chopper…
—No.
—Law…
—Estaré
bien, me han dado estos malditos vahídos toda la semana, pasan después de unos
minutos, solo debo esperar —Zoro le sostuvo la mirada unos segundos—, no quiero
echarle a perder el día a nadie.
Zoro
soltó un suspiro y se sentó a su lado en el sofá —Entonces me quedaré a hacerte
compañía.
—Gracias,
Zoro-ya.
—No
es nada —respondió restándole importancia y se mantuvieron en silencio unos
segundos—. Primero su cumpleaños —dijo refiriéndose a Luffy—, y ahora esto, dos
veces aquí en un mes, hace tiempo que no ocurría.
—Serían
3 si hubieras venido la semana pasada.
—Fue
algo de última hora, así que no alcanzaba a llegar —Zoro se recargó en el
sofá—. Cuesta un poco imaginar a Luffy como padre.
Soltó
una suave risa —Sí, es verdad. Aún se le ve a él como un niño, aunque tiene sus
momentos de madurez.
—Estoy
feliz por ellos.
—¿Alguien
aquí no lo está? —preguntó un tanto divertido y Zoro le sonrió de vuelta
dándole la razón.
—¿Y
tú piensas dar ese paso? —Law le miró algo sorprendido por la pregunta.
—¿Me
estás preguntando si quiero ser papá?
—Sí,
¿está en tus planes formar una familia más adelante? —Le sonrió sin saber muy
bien que responder a esa pregunta. ¿Adoptar? Mentiría si dijera que no lo
pensó, pero las pocas veces que el tema salía en alguna conversación Kid dejaba
clara su postura al respecto.
—La
verdad, nunca he hablado seriamente de ese tema con Kid.
—Una
cosa es que no lo hayas hablado con Kid, otra cosa es lo que te gustaría a ti
que fuera, debes tener una postura antes de plantear un tema de conversación.
¿o me equivoco?
—Supongo
que tienes razón… —suspiró— y tú qué dices, ¿está en tus planes?
Zoro
ladeó su cabeza y le regaló una sonrisa —Sí, me gustaría, con la persona
correcta.
—Espero
que encuentres a esa persona —dijo con honestidad y algo de nostalgia—, em, ya
me siento mejor ¿volvemos al jardín?
—Claro
—Zoro se puso de pie y le tendió la mano para ayudarle a levantarse. Aceptó la
ayuda y caminaron hacia la salida.
Afuera,
había algunos reunidos en la terraza junto a Boa, hablando del futuro bebé,
había otros que jugaban a la pelota con los niños en el pasto. Y también había
otros grupos más pequeños que conversaban amenamente mientras continuaban
disfrutando de esa agradable tarde de primavera.
Zoro tomó dos vasos de una charola, un jugo
para Law y un sake para él. Le entregó el vaso y ambos se sentaron en una banca
para ver como los demás jugaban.
Pasados
unos minutos Zoro volvió a hablar —Law… Sé que no debo decirte esto, pero…
—No
lo hagas —le cortó, con el semblante serio, sintiendo como aumentaba la
velocidad de sus pulsaciones y se le revolvía el estómago. Maldiciéndose
mentalmente por reaccionar de esa forma—, simplemente, si no debes decirlo, no
lo hagas.
Zoro
suspiró y tras esperar unos segundos continuó —¿Sabes?, en momentos así, solo hay
una cosa de la que me arrepiento en mi vida.
—¿Qué
cosa? —preguntó no muy convencido de querer saber la respuesta.
—De
haberme ido —respondió con una mueca y le miró a los ojos.
—Tenías
que hacerlo —agregó desviando rápidamente la mirada—, era tu futuro, y lo que
ha venido después de eso ha valido la pena…
—Esa
es la cuestión —le tomó del mentón con suavidad y volvió a mirar sus ojos—. No
estoy seguro de que lo valiera.
Se
observaron a los ojos por más segundos de los que deberían, y el pesado
silencio que se instaló entre ellos se rompió gracias al sonido de los niños pidiendo
la pelota que había llegado a los pies de Law. Zoro se inclinó para tomarla y
devolvérselas, fue entonces que notó la mirada escudriñadora de Luffy, quien se
acercó con su típica sonrisa de travesura en el rostro.
—¿Lo
están pasando bien? —Peguntó apoyando las manos empuñadas en su cadera.
—Claro
que sí, ha sido un día agradable —respondió Law para luego beber de su jugo.
—Mmmm,
se perdieron por varios minutos —soltó con suspicacia y Law escupió el jugo que
había logrado llegar a su boca. Zoro comenzó a reír sonoramente al ver su
reacción y terminó derramando parte del líquido de su vaso.
—No
es lo que piensas, Mugiwara-ya.
—¿A
sí? y ¿En qué estoy pensando exactamente? —Las mejillas de Law comenzaron a
teñirse de rosa, y negó con la cabeza.
—Solo
estábamos conversando.
—Aunque
a mí no me hubiera molestado hacer algo más con él —Agregó Zoro con picardía.
Ambos amigos comenzaron a reír mientras Law se cubría la cara con las manos.
***
La
celebración terminó y casi todos se retiraron a sus hogares. Zoro se ofreció
para acompañarle a su departamento, indicándole que de todos modos quedaba de
camino al suyo y podrían compartir el taxi.
Se
bajaron del vehículo y se despidieron con un abrazo antes de que Zoro volviera
a subir, esta vez, en la parte delantera. Le vio marchar, entró al edificio y
se topó con la mirada inquisidora de Maggi, se limitó a darle una sonrisa y
presionó el botón para llamar el elevador.
Abrió
la puerta de su departamento prácticamente arrastrando los pies, estaba
cansado. Le envió un texto a Kid diciéndole que estaba en casa, se puso ropa
más holgada y se recostó en la cama, aún podía dormir dos horas antes de arreglarse
para ir a trabajar.
Cuando
despertó se encontró con una rosa y una caja de chocolates apoyadas a su lado sobre
la cama, no pudo evitar sonreír y sentir que su corazón se llenaba de calidez.
Dejó los chocolates sobre su mesa de noche y rosa en mano salió de la
habitación.
Kid,
que estaba poniendo los cubiertos sobre la barra, le regaló una sonrisa cuando
le vio aparecer por el pasillo. —¿Cómo estuvo el almuerzo de Mugiwara?
—Ameno,
divertido y delicioso —Se acercó y le besó suavemente en los labios—, gracias
por el detalle —Kid esbozó una sonrisa y le tomó de la cintura para besarle de
vuelta.
—Ya
está lista la cena.
—Genial.
¿Cómo estuvo tu reunión? —Kid le relató lo tediosa, y a la vez productiva, que
fue la reunión, y lo positivo que se sentía respecto a su trabajo para el día
lunes mientras cenaban.
Al
terminar, agradeció la comida y se encargó de lavar los platos. Se dio una
ducha rápida y se vistió para ir a trabajar. Tomó su bolso y salió en compañía
de Kid, quien insistió en ir a dejarle al trabajo.
—Estaré
atento por si necesitas cualquier cosa —dijo Kid en el estacionamiento.
—Me
alegra que seas una persona enérgica, pero debes descansar, yo estaré bien
—besó sus labios—, te veo en la mañana.
—Vendré
por ti.
—De
acuerdo —dijo para finalmente cerrar la puerta del vehículo y entrar al
hospital.
***
La
noche estaba relativamente tranquila, no habían llegado demasiados casos que
requirieran su atención, y él lo agradecía.
—¿Cómo
vas? —Marco se apoyó con el codo en el mesón que él estaba usando para ingresar
los datos del último paciente que atendió.
—Bien,
son las 2 de la mañana y aún no ha llegado ningún caso de extrema urgencia, así
que, extrañamente, es una noche de sábado tranquila.
—¿Te
has tomado algún descanso? —preguntó ladeando su cabeza, mirándole con
escrutinio. Law frunció levemente el ceño por un mili segundo, y antes de abrir
la boca para responder la pregunta, recibió un suave golpe en la cabeza con una
carpeta—. Idiota, termina eso y vamos a comer algo.
—Está
bien… —aceptó con cara de aburrimiento.
Tomaron
asiento en el casino, echaron un vistazo al menú. Una vez que escogieron lo que
comerían, Marco se ofreció a hacer el pedido.
Se
recargó en la silla y tomó su teléfono. Sonrió divertido cuando vio que Kid le
había enviado una fotografía, lamiendo de forma lasciva uno de sus bombones, “desearía
que fuera uno de tus pezones”, decía al pie de la imagen.
—Vaya,
Kid se siente solo… —se sobresaltó al oír a su compañero hablándole tan de
cerca.
—¡Ah,
maldición! —le miró con el ceño fruncido— Voy a matarte, Penguin —concluyó con
las mejillas encendidas. El mencionado comenzó a reír debido a la reacción de
su colega. Tomó asiento y puso su comida sobre la mesa.
—Si
sabes que a él le encantaría que cambiaras a un turno administrativo, ¿verdad?
—Sí,
pero estoy acostumbrado a este ritmo, es más entretenido que solo hacer
consultas.
—True
—se llevó su sándwich a la boca. Marco regresó a la mesa y le entregó a Law su
plato— ¿Ensalada y jugo de frutas?
—El
pelirrojo lo tiene con restricciones alimenticias —dijo Marco con una sonrisa
algo burlesca.
—Awww,
es cierto. Ya quisiera tener una novia que se preocupara tanto por mí.
—“idiotas” murmuró para luego comenzar a comer.
Comieron
relajados, conversando de cosas sin importancia. Llevaba casi la mitad de su
plato cuando sonó su bíper —Maldición—, limpió sus labios con la servilleta y
se puso de pie —los veo después—, salió corriendo hacia la zona de
hospitalizados.
—Y
así se va la noche pacífica —se lamentó Penguin al ver que su aparato también
sonaba.
—Ya
qué, vamos. —dieron un último sorbo a sus respectivos cafés y salieron en
dirección a urgencias.
***
Dos
horas después por fin había logrado estabilizar a su paciente. Se sentía
realmente cansado y su cuerpo tenía un ligero temblor, como esos que dan por
falta de azúcar. Le dio las gracias al equipo que le acompañó en el
procedimiento y salió de la sala.
—Doctor…
—le llamó uno de sus internos.
—¿Sí?
—Creo…
creo que debería tomarse un descanso, no se ve bien… —le sostuvo la mirada—,
claro, solo, solo si usted quiere… señor. —relajó un poco su semblante y casi
le dio una sonrisa.
—Gracias,
es justamente lo que iba a hacer —el chico sonrió ampliamente— estaré en mi
oficina, avísame si el paciente presenta algún contratiempo.
—A
su orden doctor —hizo una pequeña reverencia y se marchó aún con una sonrisa en
la cara.
—¿Tu
siendo amable con un interno? eso sí que es sorpresa —dijo divertido Marco al
llegar a su lado— Urgencias ya regresó a su relativa calma —agregó.
Law,
por otro lado, no había prestado atención a lo que su colega decía, le costaba
respirar y la cabeza había comenzado a doler.
—¿Law?
—le llamó Marco al no ver reacción de su parte.
—No…
no me siento bien —alcanzó a decir antes de todo a su alrededor se oscureciera.
Continuará…>>




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