Viviré en tu memoria - Capítulo 9
***
Las
4 semanas del segundo ciclo pasaron igual de lento que la primera. Tenía cosas
para distraerse, libros, televisión, laptop…, hasta le había cantado el
cumpleaños al pequeño Zepo a través de una videollamada. Pero la sensación de
encierro sumada a los malestares frecuentes tanto por la enfermedad como por el
tratamiento, le resultó insoportable y eso le hacía sentir mucho más irritado
que de costumbre.
Entendía
que estaba de mal humor debido a todo lo que estaba pasando y no solo por el
encierro, por lo que se repetía constantemente, que no debía desquitar su
frustración con los demás, pero un día a fines de la tercera semana, en un
arrebato, le alzó la voz a Kid.
Tenía
la respiración agitada y las manos temblorosas, le sostuvo la mirada a su novio
y poco a poco comenzaron a rodar las lágrimas por sus mejillas, el
arrepentimiento se lo estaba comiendo por dentro —Lo lamento…—, se disculpó —Kid,
lo siento tanto—, cerró sus ojos y bajó la cabeza— lo siento.
Kid se acercó a él, lo rodeó con sus brazos y
después de unos segundos, le dijo que estuviera tranquilo, que él entendía que la
situación era compleja, que no lograba imaginar todo lo que estaba pasando por
su cabeza, y mucho menos comprender lo que sentía su cuerpo —Yo lo entiendo,
Law, y por eso mismo necesito que sepas que, yo estoy aquí para apoyarte. Y si lo
que necesitas es gritar, para sacar todo eso que te está angustiando, hazlo —se
separó un poco, le tomó del mentón, y con cuidado, alzó su cabeza para mirarle
a los ojos —Yo seguiré aquí.
Law
cerró los ojos y volvió a apoyarse en el hombro de Kid. Se mantuvieron en
silencio por unos minutos, hasta que Law decidió romperlo.
—Creo…
—dijo, masticando su orgullo—, creo que necesito ayuda psicológica —Kid apoyó
su cabeza contra la de Law.
—Bueno
—dijo Kid riendo—, el primer paso siempre es admitir —Law cerró los ojos y
respiró mucho más aliviado.
—Gracias
—susurró.
—No
tienes nada que agradecer —devolvió Kid con una sonrisa.
—Sí,
si tengo —dijo aún con sus ojos cerrados—. Gracias por invitarme ese primer
café, por haber manchado mi camisa favorita e invitarme a salir para
compensarlo. Gracias por ser tan honesto y amable, y por siempre saber que
decir. Gracias por amarme, por estar a mi lado, por hacerme feliz —se incorporó
un poco para mirarle a los ojos—, tengo mucho que agradecer. Te amo tanto
Eustass Kid.
Kid
quería quitarse esa estúpida mascarilla y llenarlo de besos, pero no podía, así
que se limitó a abrazarle, con toda la fuerza que podía permitirse sin hacerle
daño.
Marco
no se atrevió a entrar en la sala para decirle a Kid que ya era hora de que se
retirara, y a su lado, Bepo y Chopper no dejaban de derramar lágrimas debido a
las palabras de sus amigos. Marco les sonrió al verlos así de emocionados y les
entregó un par de pañuelos desechables a cada uno.
Si
se ponían así ahora, no quería imaginar como estarían cuando ambos dijeran sus
votos el día de la boda.
***
Esta
vez Kid decidió que, sin importar lo que dijera Law, se tomaría el tiempo que
hiciera falta para estar con él, así que habló con Killer para que quedara a
cargo del taller en su ausencia.
Él
último viernes de ese ciclo llegó un poco más temprano de lo acostumbrado al
hospital, a Law le repitieron el examen de médula ósea y por precaución se
quedó en el hospital más tiempo que la primera vez. Ahora debían tener más cautela
que antes debido a lo bajas que estaban sus defensas.
Cuando
se cercioraron de que todo andaba bien les dejaron retirarse, llegaron al
edificio cuando faltaba poco para las 7 de la tarde. Al bajar del vehículo, Kid
se ofreció a cargarle hasta el departamento. Law negó con su cabeza —Quiero
caminar, sólo deja que me tome de tu brazo.
—Vale.
Caminaron
despacio hasta el ascensor, Law apretó un poco más fuerte el brazo de Kid
cuando el aparato comenzó a subir, debido a la sensación de vértigo que le
produjo.
Entraron
al departamento, las luces ya estaban encendidas y había un rico aroma. Maggi
se asomó desde la cocina, dejó lo que estaba haciendo, se acercó y le dio un
abrazo a Law, quien se le correspondió con cariño.
—Kid
me avisó que llegarían tarde, así que me ofrecí a prepararles la cena. Espero
que no te caiga pesado, traté de ser medida con los condimentos.
—Gracias
Maggi, no era necesario que se preocupara.
—¡Que
va!, no fue nada —dijo ella soltándole para regresar a la cocina.
—Bueno,
creo que, si hay alguien más testarudo que tú, es ella —agregó Kid— ¿Quieres
cambiarte y meterte a la cama? Podemos llevarte la cena a la habitación.
—No,
quiero cenar en la mesa con ustedes, después me iré a la cama.
Tuvieron
una conversación bastante entretenida acerca de la telenovela y al terminar de
cenar, Maggi le sirvió a Law un té de jazmín. Kid, a modo de broma, se quejó de
que ahora Law era el favorito y eso no le estaba gustando del todo.
***
Y
así continuaron pasando los días. El segundo cumpleaños virtual al que asistió
fue el de Nami, ella siempre celebraba sus cumpleaños a lo grande, pero este
año había preferido algo más íntimo. Todos sospechaban que ese cambio se debía
a la relación que había comenzado hace no mucho, para sorpresa de la mayoría,
con Vivi.
Después
de eso las visitas de sus amigos no se hicieron esperar. La verdad es que,
comprendiendo que su estado de salud era complejo, decidieron turnarse para ir
al departamento. Law estaba sorprendido por el nivel de organización que
mostraron y agradeció que decidieran visitarle por periodos cortos de tiempo.
Después
de todo, mientras estuvo en el hospital, habló con ellos a través de mensajes y
una que otra llamada, así que no había mucho que contarse. Lo hacían más que
nada para demostrarle que ellos iban a estar siempre ahí cuando él, o
cualquiera del grupo, lo necesitara.
El
día miércoles de esa primera semana, a eso de las 9 de la mañana, sonó el
timbre del departamento. Kid abrió y se sorprendió al encontrarse con Marco en
la puerta. Le invitó a pasar y le ofreció algo para beber.
—Un
té estará bien, gracias.
—Perdona
que te reciba en estas fachas, estaba aprovechando de hacer ejercicio mientras
Law sigue dormido.
—No
hay problema, llegué sin avisar —Kid sirvió dos tazas de té y se sentó a la
mesa con él.
—¿Qué
te trae tan temprano? —preguntó Kid, tratando de no sonar preocupado por su
presencia.
—Tengo
los resultados preliminares del examen —dijo Marco con algo de desanimo y Kid
respiró profundo.
—No
me digas que son malas noticias.
—Es
por eso que preferí venir y no solo llamar por teléfono —dijo Marco con una
mueca de tristeza.
—Te
escucho —soltó Kid con pesar.
—El
tratamiento no está funcionando como esperamos. La remisión de la enfermedad ha
sido muy baja —Kid se llevó las manos a la cara y se echó hacía atrás en la
silla.
—Entonces,
¿Cuál es la propuesta? —preguntó cuando logro procesar un poco la información.
—Kureha
dice que el próximo ciclo de tratamiento debe ser más intensivo. Y que sería
ideal comenzar a preparar el trasplante de células madre para después de un par
de ciclos más. Así que debemos buscar un donante. —Kid asintió—, quiero pedir
tu autorización para hablar con los muchachos. Somos varios, puede que dentro
de nuestro grupo haya alguno que sea compatible y esté dispuesto a ser el
donante.
—Claro,
claro que sí, estaré eternamente agradecido con quien quiera que sea el
donante, mucho mejor si es alguien conocido.
—Me
encargaré de hablar con ellos entonces —miró hacia la habitación—. ¿Le dices tú
o prefieres que sea yo quien hable con él?
—¿Qué
crees que sea mejor?
Marco
lo pensó por un instante —Yo le doy la mala noticia y tú lo consuelas.
—De
acuerdo, pero primero termina tu té.
Minutos
más tarde, Marco entró a la habitación y le despertó con cuidado. Law abrió los
ojos, vio a Marco y miró hacia los lados para cerciorarse de que seguía en su
habitación.
—¿Cómo
te sientes bello durmiente?
—Ja-ja
—se incorporó con un poco de dificultad. Marco, al notar que se movía con algo
de rigidez, decidió ayudarle a acomodarse en la cama. Miró el reloj de su mesa
de noche y frunció el ceño—, es muy temprano para que estés aquí. Tienes malas
noticias.
—Que
perspicaz.
—Oh
vamos, habla ya.
Marco
le explicó lo mismo que le dijo a Kid minutos antes. Cerró los ojos y trató de
procesar la información. No quería aceptarlo, no quería siquiera pensar que ese
primer tratamiento había sido en vano. No sabía si sentir tristeza o rabia, o
ambas.
Marco
le dijo que se retiraría para dejarle pensar en lo que se venía y él le dio las
gracias por haber ido hasta ahí, fue mucho más llevadero que sólo recibir la
noticia por teléfono.
Kid
acompañó a Marco a la puerta y volvió a la habitación. Law tenía la vista
perdida en algún punto del horizonte a través del ventanal —Habló contigo
primero, ¿no es así?
Kid
asintió y se acercó para sentarse a su lado en la cama.
—Sé
que se puede, sé que existen probabilidades de ir a mejor. Conozco las
estadísticas, he visto casos similares, he estudiado los pronósticos… —habló
mirando sus manos—, y, aun así, esta sensación de que algo saldrá mal no se va.
Estoy muerto de miedo y no logro comprender por qué. —le miró mientras se
mordía el labio inferior, aguantando las ganas de llorar.
—Ven
acá —le llamó Kid para que se apoyara en su pecho, lo hizo y sintió como esos
fuertes brazos le rodeaban una vez más—. Está bien tener miedo, yo también
tengo miedo y lo sabes —depositó un beso en su cabeza y continuó—. Pero además
de miedo, tengo esperanza. Decidí que vería todo desde un punto de vista
positivo y es lo que seguiré haciendo, por los dos si es necesario.
Law
sonrió aún con algo de tristeza en su mirada, pero notablemente más tranquilo.
—¿me arrastrarás a las terapias si es necesario?
—¿arrastrarte?
Jamás, yo te cargaría, con mucho cuidado para evitarte dolor.
—¿Por
qué tienes que ser tan cursi? Idiota—dijo avergonzado mientras se llevaba las
manos a la cara.
Kid
le sonreía de forma sosegada, logrando trasmitirle una paz y seguridad enormes,
sin embargo, en el fondo, el pelirrojo tenía ganas de romperlo todo.
***
Marco
creó un nuevo grupo de WhatsApp temporal para plantear el tema del donante.
Todos sin excepción decidieron hacerse los exámenes para saber si alguno era
compatible.
Así
fue como durante los días posteriores a la mala noticia, todos se realizaron
las pruebas correspondientes.
El
teléfono de Kid comenzó a sonar a las 3 de la tarde el día jueves de la segunda
semana de descanso. Habían terminado de comer y Law estaba tomando una siesta
mientras él trataba de distraer su mente, pintar no se le daba nada mal, era su
pasatiempo en sus años de universidad, y aprovechando el tiempo libre en casa
decidió retomarlo, en el comedor ya colgaban 3 cuadros pintados al óleo.
Dejó
la pintura y el pincel, limpió sus manos con un paño humedecido con diluyente,
y respondió.
—Te
tengo noticias —dijo Marco al otro lado de la línea.
—¿Buenas?
—preguntó, rogando en su interior que la respuesta fuera positiva.
—Uno
de los muchachos es 100% compatible —Kid sintió que le volvía el alma al cuerpo
al oír la noticia. Se dejó caer en el sofá y se cubrió los ojos con el
antebrazo.
—No
sabes lo feliz que me hace escucharte decir eso —Marco sonrió al otro lado de
la línea.
—Puedo
imaginarlo —Kid suspiró aliviado para luego preguntar “¿Quién es?”, con algo de
curiosidad—. Zoro —Kid resopló sin saber muy bien como sentirse al respecto—,
aún no le he llamado para decirle. Si tienen algún conflicto con eso podemos
seguir buscando.
—No
—se apresuró a decir—, está bien, no soy un imbécil. Sólo… me gustaría ser yo
quien hable con él primero, ¿se puede?
—Claro.
No hay problema con eso.
—Gracias
Marco. De verdad muchas gracias por tu ayuda.
—De
nada. Ahora ve y dale la buena noticia al desalineado de mi amigo ¿quieres?
—Claro.
Hablamos luego.
Se
despidieron y cortaron la llamada. Kid se quedó sentado unos minutos más,
meditando la información. Se puso de pie, salió al balcón y encendió un
cigarrillo. No era habitual que fumara, generalmente trataba de evitar los
cigarrillos, pero últimamente sentía la necesidad de hacerlo. Terminó de fumar,
tomó su teléfono y marcó, 1, 2, 3 tonos…
***
Estaba
escribiendo su próximo artículo, o al menos eso intentaba. Concentrarse, por
algún motivo, le estaba costando un mundo y las palabras no fluían como solían
hacerlo. Definitivamente no era un buen día para él.
Su
teléfono comenzó a sonar y maldijo antes de tomarlo, pensando que le llamaban
nuevamente del departamento de edición, para su sorpresa no era nada de lo que
imaginaba. Jamás habría esperado recibir una llamada de él, y con algo de
temor, rogando que no fueran malas noticias, respondió.
—¿Kid?
—Hola,
Roronoa…
—Es,
es extraño recibir una llamada de tu parte, ¿está todo bien?
—Sí,
es decir, dentro de lo que cabe —Kid suspiró—, Marco me llamó hace un rato.
Zoro
respiró y tomó asiento en el brazo de su sofá —¿Soy compatible? —preguntó, intuyendo
el motivo del llamado. Kid se recargó en la baranda del balcón.
—100%
según lo que dice Marco —Zoro sonrió, aliviado al saber que podría, de una
forma u otra, ayudar en la recuperación de Law.
—Estaré
feliz de ayudar. Kid —El aludido asintió, olvidando por un momento que él otro
no podía verle—, sé que para ti puede ser un tanto complicado, así que, de
verdad, muchas gracias por llamar —sonrió con algo de melancolía—. Realmente
ese idiota no pudo encontrar a alguien mejor.
Kid
se sorprendió, jamás hubiera esperado esas palabras por parte de Zoro, y sonrió,
sintiéndose mucho más relajado que al comienzo de la llamada —gracias Roronoa,
me has quitado un peso de encima.
—De
nada. Cuando todo esto termine podríamos ir por unas cervezas, yo invito —Kid
se carcajeó.
—Será
un placer.
—Hasta
pronto entonces.
—Hasta
pronto.
Cortó
la llamada y suspiró —tendré que dejar de beber por un par de semanas—, se
lamentó sin sentirlo realmente, se estiró y regresó a trabajar.
***
Law
despertó una media hora después, se calzó las pantuflas y caminó a la sala. Kid
estaba escuchando música mientras terminaba de pintar uno de sus cuadros, se le
veía alegre, mucho más que los días anteriores.
Le
abrazó por la espalda y Kid dejó sus utensilios para quitarse los audífonos
—¿dormiste bien?
—Sí
—respondió con una sonrisa—. Te vez feliz.
—Lo
estoy —se dio la vuelta, le tomó de la cintura y besó suavemente sus labios—,
ya hay donante.
Los
ojos de Law se abrieron con sorpresa y sonrió —¿Es en serio? —Kid asintió—,
pero, ¿cómo?
—Bueno,
dicen por ahí que tener amigos es mejor que tener oro.
—¿Qué
fue lo que hicieron?
—Pues,
que los chicos, y las chicas, todos. Fueron al hospital la semana pasada para
hacerse el examen de compatibilidad —Law no pudo evitar emocionarse ante la
noticia.
—Esos
idiotas… —dijo con la voz algo temblorosa mientras se limpiaba las lágrimas con
las manos.
—Esos
idiotas te quieren mucho.
—Lo
sé, y yo los quiero a ellos, pero no se los digas —Kid comenzó a reír—. En
serio, no les digas que lo dije.
—No
lo haré. Pero el sábado, cuando les des las gracias, lo sabrán de todas formas
—le miró con duda—, ya sabes, Mugiwara y sus pretextos para reunirlos a todos
en torno a una mesa. Aunque ahora si estoy de acuerdo con él, realmente hay
motivos para celebrar.
Law
sonrió, se sentía feliz y realmente le apetecía compartir un momento de relajo
con sus amigos —A todo esto, ¿Quién es? —preguntó.
—¿Qué
cosa?
—El
donante, ¿quién es?
—Tu
ex —no pudo evitar mirarle con sorpresa—, hablé con él hace un rato. Le alegra
la idea de poder ayudar.
—¿Lo
llamaste? —preguntó con incredulidad y Kid asintió—, ¿en serio? ¿tú lo
llamaste?
—Sí,
hombre, yo le llamé —Law no podía creerlo—. Fui amable, y me invitó una cerveza.
Para que veas que a cualquiera puedo resultarle encantador.
—No
vaya a ser que sea yo quien comience a ponerse celoso —Kid puso cara de estar
pensando.
—Creo
que al principio me resultaría algo difícil, pero si, puedo domar a ese león —dijo
con autosuficiencia.
—¡Oye!
—se quejó mientras Kid comenzaba a reír.
—¿Qué,
nunca has pensado en hacer un trío?
—Estás
loco.
—No
estoy loco, estoy en plena sequía. Así que culpo a la falta de sexo por esas
ideas descabelladas —agregó aún risueño. Law acarició su mejilla y alternó la
mirada, de sus ojos a sus labios y de regreso.
—¿Quieres
hacerlo? —preguntó con algo de picardía y Kid se sorprendió.
—¿Tú
quieres? —Law se mordió el labio inferior de forma sugerente.
—Llévame
a la habitación, oh gran “domador de leones” —pidió sin perder la oportunidad
de burlarse.
Kid,
lejos de sentirse ofendido por la burla, sonrió ampliamente y no perdió un solo
segundo más para cargar a Law hasta la habitación. Su encuentro no fue pasional
ni arrasador. No, esta vez lo hicieron con suavidad, mirándose a los ojos,
disfrutando del contacto y las sensaciones. Se amaron con calma y con entrega.
Una celebración privada, de esas que a ellos tanto les gustaba.
***
El
día sábado se reunieron todos, justo como le había dicho Kid, en la casa de
Luffy. Era un radiante día de verano en compañía de sus seres queridos, quienes
no le permitieron ayudar en absolutamente nada. “Tú relájate y disfruta”, le
dijo Sanji mientras daba instrucciones a los demás para preparar la comida.
En
la piscina, Luffy y Ace comenzaron a jugar con los niños a “las quemaditas”. Law
se sentó en la orilla y metió los pies en el agua, era un día caluroso, pero gracias
a la gran cantidad de árboles que había tanto en la propiedad como en las
cercanías, podían capearlo mucho mejor.
—¿Cómo
vas? —preguntó Kid sentándose a su lado.
—Muy
bien, me divierte verlos tan animados —Kid le entregó un vaso de limonada, le
dio las gracias y tomó un sorbo—, ¿Qué tiene además de jengibre?
—¿Albahaca?
Sanji dijo que te gustaría.
—No
se equivocó —respondió con una sonrisa. Kid acortó la distancia que había entre
ellos y besó suavemente sus labios. Law le respondió cerrando los ojos.
A
lo lejos sus amigos les observaban con algo de nostalgia, sobre todo Franky,
quien ya estaba soltando lágrimas de la emoción debido a lo hermosa que le
resultó la escena.
—¿Seguro
que estás bien con esto? —preguntó Robin sentándose a su lado.
—Claro
que sí.
—¿Aún
lo amas? —Zoro observó a la pareja para luego desviar su vista a otro punto de
la propiedad.
—No
tiene nada que ver, lo haría por cualquiera de ustedes.
—Eso
lo sé, mi pregunta fue otra.
Zoro
guardó silencio, soltó un suspiro, se puso de pie y sacudió sus pantalones —iré
a ver si puedo ayudar en algo más, ¿vienes? —Robin le imitó y caminó con él de
regreso.
¿Qué
si aún lo amaba? Claro que sí, nunca dejó de hacerlo, pero él decidió tomar
otro camino, al final de cuentas, la relación que tuvieron, si bien duró varios
años, jamás llegó a tener un nombre, y terminó el día que Law le instó a seguir
sus sueños —si no te vas te arrepentirás toda la vida, y no quiero ser el
culpable—, le dijo.
Esa
noche fue la última vez que compartieron lo que sentían el uno por el otro, se
amaron como solían hacer, con pasión y sin ataduras. Y aún después de todos
esos años seguía amándole de la misma forma, Law era feliz con Kid, y eso
estaba bien para él, eso tenía que estar bien para él.
La celebración se extendió el día entero, fue
un día perfecto, de esos que no quieres que terminen, pero todo en la vida tiene
un final.
Continuará…>>




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