Viviré en tu memoria - Capítulo 11
***
A pesar de los inconvenientes, ese había
resultado ser un buen día, logró resolver los temas del trabajo con rapidez,
solo necesitaba el maldito portafolios que había olvidado en casa para dejar de
lado el taller por el resto de la semana, y así disfrutar el tiempo que le
quedaba con Law antes de que tuviera que regresar al hospital, ¿Cómo fue que de
un momento a otro todo se había ido a la mierda?
Pero no podía ser, definitivamente ellos
no podían estar besándose en el balcón, era absurdo. Law jamás le haría algo
así, él no sería capaz... ¿Verdad?
Negó tratando de ignorar esos
pensamientos absurdos, se repetía que debía calmarse y no estallar en cuanto
entrara al departamento, y de la misma forma pensaba en que realmente no sabía
cómo iba a reaccionar al final.
De a poco sintió como toda esa tristeza
comenzaba a transformarse en ira, y apuró el paso hacia el edificio, entró y
presionó el botón del ascensor. Respiró profundo, intentando recuperar la calma
mientras esperaba a que se abrieran las puertas, y cuando lo hicieron, se
encontró de frente con Zoro cargando a Law sobra su espalda.
Se miraron a los ojos, Kid parpadeó
volviendo de golpe a la realidad —¿Qué diablos?
—Gracias al cielo estas aquí. Tiene
fiebre, hay que ir al hospital —respondió Zoro saliendo del ascensor, dio un
par de pasos y se detuvo al ver que Kid no le seguía— Maldita sea Kid, muévete
ya.
Espabiló y volvió sobre sus pasos para
alcanzarles, para su "buena suerte" el semáforo les dio verde y
pudieron cruzar sin problemas.
Dentro del vehículo, Law le pidió que
encendiera el aire acondicionado y lo dejara en la temperatura más baja. Kid
acató la petición y preguntó qué tan alta estaba su temperatura.
—39,5° —respondió Law.
—¿Eso es mucho?
—¿No tanto para una persona sana? —Kid
asintió, apretó con fuerza el volante y respiró profundo.
—¿Quieres que manaje yo? —preguntó Zoro
y Kid negó indicándole que abrochara bien los cinturones de seguridad y que le
avisara a Marco que iban en camino.
No supo cómo fue que llegaron al
hospital, lo que sí sabía es que nunca antes se había tardado tan poco tiempo
en hacer ese trayecto. Cuando llegaron ya había un equipo médico esperando en
la entrada de urgencias. Se bajaron del vehículo y uno de los internos les
acercó una silla de ruedas para facilitar el traslado.
—Una vez adentro deben quedarse en la
sala de espera... —dijo Marco y fue interrumpido por Kid.
—Lo sabemos, tú has lo que tengas que
hacer y yo me encargo del papeleo —Marco asintió, le dio un par de indicaciones
a los internos que le estaban asistiendo y se perdieron por uno de los pasillos
del hospital.
Kid se encargó de hacer el papeleo
correspondiente y se sentó a esperar.
—¿Quieres que te traiga un café o algo?
—ofreció Zoro y Kid le miró con severidad.
—Preferiría que me dijeras cómo fue que
pasó esto —soltó con algo de rabia contenida.
—¿A qué te refieres? —preguntó
entrecerrando los ojos.
—¿Cómo es que no te diste cuenta de que
se encontraba mal? —le recriminó, estaba molesto, muy molesto, aunque no le
quedaba claro del todo si era por el estado de Law o por lo que le pareció ver
desde la calle.
—Pues, no lo sé, no se veía mal,
almorzamos y dijo que saldría a tomar un poco de aire, yo me quedé adentro
lavando los platos y cuando salí al balcón me di cuenta de que no estaba bien,
pero fue algo de unos minutos —Kid chasqueó la lengua y desvió la mirada con
irritación—, lamento que esto ocurriera y entiendo cómo te sientes, pero...
—¿Que lo entiendes? ¿en serio? —dijo
alzando un poco la voz—, ¡¿en serio crees que entiendes mínimamente como me
siento?!
—Claro que lo entiendo...
—¡No tienes idea! —estalló—, ¡no
alcanzarías siquiera a imaginarlo!
—¡Por supuesto que sí! —respondió Zoro
comenzando a enfadarse también—, Tú no eres el único que está afectado por ver
a Law en mal estado, ¡todos estamos preocupados por él!
—¡Pues si le hubieras puesto un poco más
de atención no nos encontraríamos en esta situación!
—¡¿Qué acaso no escuchaste lo que acabo
de decir?!
—¡Claro que te escuché! —dijo poniéndose
de pie—, y no me importan tus excusas baratas —soltó mirándole hacia abajo.
—Que estés dolido no es excusa para que
actúes como un imbécil...
—¿Qué fue lo que dijiste? —Kid le agarró
del cuello de la camiseta.
—Que estás actuando como un imbécil
—repitió con algo de desdén.
—No sabes las ganas que tengo de botarte
un par de dientes... —dijo acortando un poco más la distancia entre ambos
—Como si pudieras... —respondió Zoro sin
dejarse intimidar por el tamaño de su "oponente".
—¡Basta ya los dos! —gritó Chopper
separándoles—, ¡este no es el momento ni el lugar para que se pongan a pelear!
Los dos aludidos miraron al doctor y
después alrededor, estaban llamando la atención de todos los presentes.
—Lo siento —dijo Zoro bajando la mirada
y Kid le soltó para bajar poco a poco sus manos—, comprendo que estés molesto,
le dejaste a mi cuidado y no hice un buen trabajo, lo lamento —terminó diciendo
con una reverencia mientras se tragaba su orgullo.
Kid dio un paso atrás, bajó la mirada y
apretó los puños —No fue tu culpa—, admitió comprendiendo que estaba actuando
de forma irracional —lamento haber reaccionado de esta forma.
Chopper resopló mirándolos aún con algo
de severidad —mucho mejor. Ahora siéntense a esperar y no vuelvan a discutir.
¿Entendido? —ambos asintieron y tomaron asiento.
Un par de horas más tarde Marco salió y
se acercó a ellos —Dime que tienes buenas noticias—, pidió Kid y Marco negó.
—Tiene una infección, no se manifestó
antes debido a los medicamentos, pero su avance no ha sido rápido. Fue bueno
que le trajeran de inmediato al hospital.
—¿Una infección? —preguntó Zoro—, ¿Cómo
fue que pasó eso?
—Tuvo una disminución importante de
glóbulos blancos, eso trajo algunas complicaciones. Ahora le estamos tratando
con antibióticos y debe quedarse en observación. En unos minutos le
trasladaremos a cuidados intensivos.
—¿Puedo verlo? —preguntó Kid y Marco
negó nuevamente.
—Lo siento, no es posible de momento
—puso su mano en el hombro de Kid—. Les recomiendo que vayan a descansar —Kid
iba a refutar—, no hay nada que puedan hacer estando aquí —le atajó Marco—.
Sabes que me comunicaré contigo en caso de cualquier cosa —Kid asintió y tomó
asiento nuevamente, se sentía consternado y un tanto inútil—. Ahora, con su
permiso chicos, debo regresar a trabajar.
Zoro asintió, soltó un suspiro y se
volteó para quedar frente a frente con Kid —¿Quieres un trago?
Kid le miró con incredulidad— ¿En serio
me estás preguntando si quiero beber en una situación como esta? —preguntó con
la voz un tanto afectada debido a la angustia que comenzaba a sentir.
—Sí —respondió de forma relajada—, hay
un bar a un par de cuadras. ¿Qué dices? —Kid lo pensó unos segundos y se puso
de pie—, ¿eso es un sí?
—Solo un trago.
***
Ese "solo un trago" se
transformó en dos, luego en tres y cuatro. Si bien Kid se había reunido con sus
amigos de forma esporádica mientras Law estaba en el hospital, no se había
animado a beber, y le resultaba hasta un poco irreal encontrarse bebiendo a
solas con Zoro en un bar.
—Aún no puedo creer que acepté venir a
beber contigo —dijo para luego empinarse la botella de cerveza.
—Bueno, ya te había invitado a beber,
aunque claro, no lo había imaginado bajo estas circunstancias.
—Oye, yo... en serio lamento haber
actuado así hace un rato, es que... —¿Qué iba a decir? ¿te vi besando a Law en
el balcón y me entraron ganas de partirte la cara? Meditó unos segundos, ¿y por
qué no? Él era conocido por ser una persona directa, así que ¿por qué comenzar
a titubear ahora?
—¿Qué? —preguntó Zoro instándole a
seguir.
—Cuando llegué al edificio, los vi en el
balcón, desde abajo... —comenzó.
—Pues supongo que sí, ahí estábamos
después de todo... —agregó Zoro sin terminar de comprender a qué iba con eso.
—Desde mi punto de vista se veía como si
estuvieran besándose... —Zoro abrió los ojos con sorpresa y luego sonrió, esa
era la pieza que le faltaba en el rompecabezas.
—Ahora entiendo por qué actuabas así
—bebió un sorbo—. Creo..., creo que, si yo estuviera en tu lugar, no hubiera
actuado mejor —suspiró y dejó la botella sobre la mesa—. Kid, seré sincero
contigo. Amo a Law —Kid frunció el ceño y le miró con atención mientras
empuñaba su mano sobre la mesa—, algo me dice que lo voy a amar siempre —soltó
con una suave carcajada—. Pero él te ama a ti, y sé que no tengo oportunidad
contra eso.
—Roronoa...
—Lo que realmente quiero decir es...,
que, para mí, amar a alguien es procurar su felicidad por sobre la mía, y Law
es inmensamente feliz contigo —jugó con la botella entre sus manos y se la
llevó a los labios—. Así que deja de pensar estupideces, porque yo jamás me
interpondré en su felicidad.
Kid se relajó sobre su asiento y suspiró
mirando el techo —Maldición, ¿Cómo se supone que voy a odiarte si actúas como
un tipo agradable?
Zoro comenzó a reír —Bueno, creo que una
amenaza podría servir para emparejar el terreno.
—¿Ah sí? —Zoro asintió, se enderezó en
su asiento y le apuntó con la botella.
—Hazle llorar, aunque sea una vez, y
veremos quien pierde más dientes —Kid le sostuvo la mirada, extendió la mano y
Zoro la tomó.
—Acepto tu amenaza —agregó con una
sonrisa.
—¿Brindamos por eso?
—¿Por qué no? —ambos tomaron sus
botellas y las alzaron, "salud", dijeron al unísono y continuaron
bebiendo.
Mientras compartían en ese bar,
contándose una anécdota tras otra, fueron acercándose un poco más cada vez,
estrechando esa brecha invisible que les separaba. Tal vez, con un poco más de
tiempo, podrían llegar a ser muy buenos amigos.
***
El tiempo que Law pasaría en cuidados
intensivos no podría recibir visitas. Eso era algo que a Kid no terminaba de
agradarle, al contrario, le sentaba bastante mal, por lo que trató de abocarse
a su trabajo, intentando de esa forma, no pensar en cosas negativas.
En las mañanas era el primero en llegar
al taller y en las tardes era el último en irse. No tenía ganas de estar en su
departamento. Pero tampoco tenía ganas de salir, así que rechazó amablemente
todas las invitaciones que le hicieron sus amigos.
Sin embargo, el tercer día se sorprendió
al ver a Zoro esperándole afuera del taller.
—¿Qué haces aquí? —preguntó al verle
apoyado en la barra de contención que daba hacia la calle.
—Bueno, estuve hablando con Chopper, y
me dijo que no sabía si te autorizarían a ver a Law mañana. Imaginé que eso te
tendría mal, porque la verdad, aquí entre nos, eres bastante sentimental. Así
que traje algo para pasar el rato —dijo levantando una bolsa con un par de
botellas— ¿Qué dices?
Kid sonrió con algo de desánimo y le
quitó la alarma a su vehículo —que tengo hielo y vasos en el departamento,
sube.
En el trayecto al departamento pasaron a
comprar un poco de carne para la cena, fue un viaje algo silencioso, de un
silencio un tanto extraño.
Al llegar al departamento, Kid fue a
abrir las ventanas y Zoro entró a la cocina para sacar las cosas que
necesitarían para sentarse a beber.
—¿Te parece que nos acomodemos en el
balcón? —propuso Kid mientras amarraba las cortinas.
—Claro. La tarde está agradable y
podemos usar el asador para preparar la carne. Aunque no soy un gran cocinero
—dijo tendiéndole el primer vaso de la noche.
—Por suerte para ti, a mí se me da bien
cocinar —respondió un poco más animado aceptando el vaso. Zoro sonrió
divertido.
—Bueno, si algún día terminas con Law ya
tienes mi número —dijo con picardía y Kid escupió el primer sorbo de su trago.
Zoro se carcajeó y volvió a la cocina para comenzar a cortar la carne, había
decidido encargarse de la comida por esta vez.
Tiraron la carne a la parrilla y
conversaron de trabajo. Kid le relató que estaban pensando en expandirse con
una segunda sucursal debido a lo bien que les estaba yendo en el taller y que
ahora estaba buscando más personal. Zoro le escuchaba atento mientras le daba vuelta
a la carne.
—La sensación de alcanzar una meta es
tan satisfactoria —agregó Zoro con sus ojos cerrados disfrutando de la brisa—.
Realmente me alegra que les esté yendo bien —, dijo para después mirarle con
una afable sonrisa y levantar su vaso—. Salud por eso.
—Salud —respondió sintiendo como por
fin, después de unos días horribles, lograba relajarse un poco—. Y a ti, ¿Cómo
te ha ido? —preguntó para generar conversación.
Zoro le comentó que a pesar de que le ha
ido bien con su trabajo, está algo cansado y desea quedarse un tiempo de punto
fijo en una ciudad —espero que sea esta—, dijo algo pensativo —o terminaría
siendo lo mismo que ahora, pero con más gastos—, concluyó con una sonrisa
mientras volvía a beber de su vaso.
—Bueno, en ocasiones es bueno bajarle al
velocímetro.
—Y disfrutar del momento —soltó risueño
mientras giraba la carne—. ¿No tienes calor?
—Algo —respondió Kid mientras se sentaba
a mirar las estrellas. Cerró sus ojos dejándose llevar por la suave brisa y
Zoro comenzó a quitarse la camisa para mitigar el calor.
Kid suspiró y a pesar de estar pasando
un momento grato no podía dejar de pensar en Law. ¿Cómo estaba? ¿Habrá tenido
alguna mejoría? ¿Cuánto más tenía que esperar para tener noticias?
—¿Te sirvo otro? —preguntó Zoro al ver
que su vaso ya estaba vacío.
—Por favor —respondió abriendo sus ojos,
sorprendiéndose un poco al verle sin camisa.
—Em ¿Te molesta que me quite la camisa?
De verdad hace calor —Kid le recorrió descaradamente con los ojos antes de
desviar la mirada y responder.
—No, no me molesta, es... —negó mientras
comenzaba a reír—, no es nada, olvídalo, es una tontería.
—Oh vamos, suéltalo ya —Kid comenzó a
reír y le comentó de las conversaciones que había tenido con Law respecto a él
hace unos días atrás.
—Te dije que era una tontera.
Zoro lo pensó unos segundos mientras
ponía la carne que ya estaba lista en un plato, se acercó a la mesa, dejó la
carne y se sentó frente a Kid—La verdad, yo si lo haría.
—Es broma, ¿verdad? —preguntó Kid sin
creer del todo en las palabras de su nuevo compañero de copas al tiempo que
probaba la carne.
—No, es decir, ya he estado en esa
situación —dijo restándole importancia para echarse también un trozo de carne a
la boca—. Y es una buena experiencia. O por lo menos para mí lo fue. Así que si
algún día se animan yo no tendría ningún problema en participar.
Kid soltó una carcajada y le miró con
una sonrisa, intentó pensar en si eso sería posible alguna vez y sintió como
poco a poco se formaba un nudo en su garganta, se cubrió los ojos con una de
sus manos y trató de reprimir sus lágrimas.
—Ey... —le llamó Zoro con mesura.
—Lo siento, me puse a pensar de más
—tragó saliva y respiró de forma pausada para recuperar la compostura—. Por mi
parte puedo decir que, cuando todo mejore, si podría considerarlo —logró decir
con algo de dificultad mientras sus lágrimas comenzaban a caer.
Zoro tomó su mano sobre la mesa y la
apretó con algo de fuerza —Law se ve frágil, pero es un tipo duro. Es de esos
que se hacen más fuertes con cada caída. Así que, ten un poco de paciencia y
espera, verás como se levanta de nuevo.
Kid asintió aún tratando de contenerse y
Zoro se puso de pie para darle un abrazo, no estaba seguro de que fuera a ser
bien recibido. Se alegró al no ser apartado de un empujón, pero fue entonces
que comprendió lo mal que se encontraba el pelirrojo.
Devolvió el abrazo, al principio con
reticencia, después con algo de necesidad. Sintió que se le apretaba el corazón
dentro del pecho, nunca antes se había sentido tan vulnerable, y de un momento
a otro simplemente se dio por vencido y dejó salir toda esa amargura que se
había acumulado por semanas en su interior.
***
A la mañana siguiente, Kid sentía como
si alguien hubiera taladrado su cabeza. Y no sabía muy bien si el dolor se
debía las botellas de sake vacías en su cocina, o, a que nunca antes había llorado
tanto en una sola noche.
Se lamentó mentalmente el haber sido tan
irresponsable con la bebida y se preguntó cómo es que había llegado hasta su
cama, y si Zoro se había quedado o se había ido a su departamento.
En eso pensaba cuando Zoro se asomó por
la puerta de la habitación, se veía tan fresco como una lechuga, como si no
hubiera tomado en toda la noche.
Después de preguntarle cómo se sentía, y
de recibir una respuesta positiva, Zoro se despidió, indicando que si no se iba
pronto se le haría tarde para comenzar a trabajar, le deseó un buen día y se
retiró diciéndole que había quedado café preparado en caso de que quisiera
beber una tasa.
Kid cubrió su cabeza con la almohada y
le envió un texto a Killer diciéndole que llegaría más tarde porque no se sentía
bien. Killer, preocupado, le devolvió la llamada y lo sermoneó cuando supo el
motivo por el que no se encontraba en condiciones de salir a trabajar, le
recomendó que bebiera agua y se tomara el día para descansar. Después de todo,
él y Bonnie ya le habían demostrado con creces que ellos eran capaces de
hacerse cargo del taller en su ausencia.
Se levantó con algo de pereza, se dio
una ducha y se sirvió café, le dio el primer sorbo con algo de nostalgia y tomó
su teléfono para llamar al hospital.
Para su felicidad, Marco le informó que
Law ya se encontraba mucho mejor, y que, si todo salía bien durante las
próximas horas, podría hacerle una visita durante la tarde.
Terminó de tomar su café y volvió a
meterse a la cama, puso un poco de música suave y cerró los ojos para dormir un
rato más. Estaba relativamente feliz, su pecho se sentía mucho más ligero y
podía volver a mirar el mundo desde un punto de vista más amigable.
Continuará...>>




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